Analisis Sensorial
El análisis sensorial se realiza a través de los sentidos. Para este caso, es importante que los sentidos se encuentren bien desarrollados para emitir un resultado objetivo y no subjetivo. El análisis sensorial de los alimentos es un instrumento eficaz para el control de calidad y aceptabilidad de un alimento, ya que cuando ese alimento se quiere comercializar, debe cumplir los requisitos mínimos de higiene, inocuidad y calidad del producto, para que éste sea aceptado por el consumidor.
miércoles, 14 de septiembre de 2011
EL SENTIDO DEL TACTO
La piel constituye el órgano sensorial para el tacto. Los elementos sensitivos de este sentido se hallan en unos puntos de la piel especialmente sensibles, denominados puntos de presión y puntos del frío. Estos puntos se encuentran repartidos por toda la piel del cuerpo humano, variando su densidad según las distintas zonas del mismo.
Las personas mayores poseen un promedio de seis a veintitrés puntos para el frío por centímetro cuadrado de piel y entre cero y tres puntos para el calor. Además se han de contar con unos veinticinco puntos de presión, también por centímetro cuadrado. Gracias a estos puntos percibimos la presión, el calor y el frío, cuyas sensaciones alcanzan a través de los nervios los centros cerebrales correspondientes.
Los puntos de presión se hallan dotados de una sensibilidad extremadamente notable. Gracias a ello, nos es posible notar una presión hasta de un gramo y cuarto por milímetro cuadrado. La sensibilidad de estos órganos barestésicos permite la percepción de cualidades muy diversas.
Las personas mayores poseen un promedio de seis a veintitrés puntos para el frío por centímetro cuadrado de piel y entre cero y tres puntos para el calor. Además se han de contar con unos veinticinco puntos de presión, también por centímetro cuadrado. Gracias a estos puntos percibimos la presión, el calor y el frío, cuyas sensaciones alcanzan a través de los nervios los centros cerebrales correspondientes.
Los puntos de presión se hallan dotados de una sensibilidad extremadamente notable. Gracias a ello, nos es posible notar una presión hasta de un gramo y cuarto por milímetro cuadrado. La sensibilidad de estos órganos barestésicos permite la percepción de cualidades muy diversas.
EL SENTIDO DEL OIDO
La base del sentido auditivo es el órgano de la audición, el oído, al cual, en ningún caso, podemos considerar menos complicado que el ojo humano. El oído capta las vibraciones sonoras de nuestro alrededor y a través de los nervios las conduce hasta el centro auditivo del cerebro.
Por una parte puede percibir la diversidad de tonos, basada en la diferencia de frecuencia vibratoria, mientras que por otra es capaz de distinguir la intensidad de los distintos sonidos. Además, gracias al oído, somos capaces de distinguir entre tonos y ruidos. Los tonos constan de vibraciones simples y periódicas, mientras que los ruidos están formados por vibraciones complicadas y arrítmicas.
Por una parte puede percibir la diversidad de tonos, basada en la diferencia de frecuencia vibratoria, mientras que por otra es capaz de distinguir la intensidad de los distintos sonidos. Además, gracias al oído, somos capaces de distinguir entre tonos y ruidos. Los tonos constan de vibraciones simples y periódicas, mientras que los ruidos están formados por vibraciones complicadas y arrítmicas.
EL SENTIDO DE LA VISTA
El ojo es el órgano del sentido de la vista. Su constitución le capacita para captar y transmitir ondas electromagnéticas, pero es interesante conocer que sólo puede captar una selección dentro del amplio campo de estas ondas. Estas ondas «captables» por nuestro ojo son aquellas situadas entre los rayos ultravioletas y los infrarrojos.
La función ocular responde a una disposición fisiológica que comprende entre otros dos elementos anatómicos: los bastones y los conos. Unos y otros son pequeños corpúsculos situados en la retina que captan los estímulos ópticos. Los bastones son los encargados de la luminosidad y los conos de los estímulos del color. Para tener una idea de la precisión de estos receptores diremos que cada retina posee 130 millones de bastones y 7 millones de conos.
La función ocular responde a una disposición fisiológica que comprende entre otros dos elementos anatómicos: los bastones y los conos. Unos y otros son pequeños corpúsculos situados en la retina que captan los estímulos ópticos. Los bastones son los encargados de la luminosidad y los conos de los estímulos del color. Para tener una idea de la precisión de estos receptores diremos que cada retina posee 130 millones de bastones y 7 millones de conos.
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